martes, 26 de mayo de 2009

Caché. Haneke



TITULO Caché
AÑO 2005
PAÍS [Austria]
DIRECTOR Michael Haneke
REPARTO Daniel Auteuil, Juliette Binoche, Maurice Bénichou, Annie Girardot, Lester Makedonsky, Bernard Le Coq, Walid Afkir, Daniel Duval
PRODUCTORA Coproducción Austria-Francia-Alemania-Italia; Wega Film / Les Films du Losange / Bavaria Film / BIM Distribuzione

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Caché es una de las películas independientes más valoradas de los últimos tiempo; fue galardonada con premios como el de la crítica, la mejor película y mejor director en el festival de Cannes de la edición del 2005, y también obtuvo muy buen respaldo en otros festivales de cine como el Festival de Cine 100% Europeo de Sevilla. En esta película Haneke, además, cuenta con un reparto de lujo (Daniel Auteuil y Juliette Binoche), que hacen que la película adquiera una cierta calidad intrínseca. Sin embargo, tal vez sea ese matiz de arte contemporáneo, de cine independiente y europeo, lo que hace que no termine de establecerse una relación o pacto entre el espectador más mundano y la pantalla; distanciándose así, el filme, al olimpismo de los círculos cinéfilos y amantes del cine más independiente. Caché es una película que a quien gusta, gusta mucho; y a quién no, es probable que le cueste visionar el metraje completo. Haneke, no obstante, parece lograr alcanzar el triunfo con esta película y consagrarse como uno de los grandes directores europeos de los últimos tiempos; tanto es así que acaba de repetir en Cannes recibiendo la Palma de Oro por su última película “The White Ribbon” (“El lazo Blanco”).

La historia que se presenta es la de un matrimonio que empieza recibir cintas de video en las que se filma su casa. La psicosis y angustia empiezan a aparecer como un personaje más de la escena fílmica, convirtiéndose en sentimientos que termina compartiendo el espectador. A lo largo de la película iremos descubriendo en un ambiente de tensión, que las cintas que recibe son enviadas por su hermano adoptivo, un argelino que quedó huérfano tras unos disturbios en Paris donde fallecieron sus padres. “El 17 de octubre de 1961, la policía parisina disparó contra una manifestación de inmigrantes argelinos. Los informes oficiales de la época hablaron de la muerte de dos personas, pero los historiadores que han revisado ese oscuro episodio hablan de 400 bajas en París. <>, afirma Haneke” (1). Así, la película, encarnada por el protagonista, George, un afamado periodista de crítica literaria, y Majid, no es más que la metafórica culpa que siente Francia hacia Argelia por tantos años de ocupación y represión.

El debut de Haneke se produjo en 1989 con su película el séptimo continente, aunque trayectoria fílmica alcanzaría un cierto renombre con las obras Funny Games (1997), La pianista (con la que obtuvo el Gran premio del Jurado en el festival de Cannes) y Caché, con la que alcanzó el culmen. El cine de Haneke, es un cine comprometido, que juega con la condición humana y los problemas existenciales de la sociedad actual; un cine que una cierta controversia, dilemas y trascendentalismos, que hace pensar al espectador. Nada claro y sombrío, el cine de Haneke parece ser heredero de las vanguardias cinematográficas europeas propias de los años 60 y 70. Como en el cine francés más puro (aunque Haneke no sea francés), los problemas se plantean de una forma muy sutil que casi ni se perfila. Es el propio espectador el que tiene que sumergirse en la historia.

Por otra parte, el hecho de enfrentar al espectador a la pantalla; a que visualice el plano y el contenido de esta, a que contemple la totalidad del campo retratado, recuerda a Kiarostami, que es el único hombre, para bien y para mal, sobre la faz de la tierra capaz de sostener durante cinco minutos un plano fijo. Pero, esa es la provocación de Caché. Adoramos el vouyerismo, pero a la hora de enfrentarnos a mirar, a contemplar, nos sentimos violentos; y más nos incomoda la sensación de ser observados. De ahí, que Haneke quiera que nos proyectemos en la angustia del protagonista, en la psicosis de ser perseguidos.

Como veníamos perfilando, no solo se tratan temas como la angustia francesa, a la que hace alusión el autor, o a la dualidad del vouyerismo. También se tratan otros temas como la incomunicación familiar. Existen numerosos momentos en los que podemos ver reflejados esto: el matrimonio mismo que se oculta y omite detalles de las cintas; la relación de la madre de Georges que no quiere hablar de Majid porque es algo muy doloroso, y él que no le dice qué le ocurre; o incluso en el hijo adolescente que cree que su madre mantiene una aventura con Pierre, un amigo de la familia.

Todos estos temas se van trazando en una estructura narrativa muy compleja. Por un aparte nos encontramos con que existen dos diégesis fundamentales: la historia en sí, y las cintas. Aunque ambas pertenezcan a la misma historia, se trata de dos puntos de vista muy diferentes. Haneke juega con la intradiégesis que se crea acelerando y paralizando, o ralentizado momentos que ya hemos visualizado. Nos ofrece distintas perspectivas de la misma historia, que eso es lo que le da el caché a la película. Ni siquiera existe una diferenciación clara de cuando se trata de una cinta o de la película. Baste la primera secuencia para ejemplificar esta idea: solo se ve un plano fijo de una vivienda y dos voces en off comentando la cinta y donde podría estar situada la cámara.





En cuanto a la diégesis de la película, nos encontramos con saltos temporales que nos hacen entender la historia. Se retorna a la infancia de George para entender el conflicto existente entre él y Majid. Lo que sucede es que el conflicto hemos de entenderlo metafóricamente, porque hasta el propio George duda de las razones que empujan a Majid a acosar a George. En cualquier caso, el conflicto que sucede en la infancia es que Majid acosaba a George, asustándole como en cualquier juego de niños, y esté terminó convenciendo a sus padres para que lo retornasen al Orfanato y de este modo, le privó de una buena educación y le determinó a una vida miserable.



Este conflicto, no sólo se plantea de forma fragmentada en flashbacks, si no que se trata de un conflicto donde aunque exista una cierta causa efecto, parece que prima el porque sí y la casualidad. Casual porque es un conflicto muy enrevesado y que se sostiene por hilos dramáticos muy débiles: parece que el sentimiento de culpa de los franceses está obligado a presentarse a través de George y de un conflicto de la infancia. Casual porque Majid lo recuerda cuarenta años después; y cuarenta años después comienza una venganza macabra que termina en su propio suicidio. Casual porque no queda clara la relación del hijo dejando un final sumamente abierto durante las líneas de créditos. Casual porque los lazos de la causalidad son demasiado inestables, y supone un esfuerzo por parte del espectador para creerse que toda esa historia sucedió. Casual porque no terminamos de entender la relación que existe entre los amigos y el matrimonio. Seguramente, esa intención fuese planteada previamente por el director; pero de ahí el riesgo de que el público masivo de las salas de cine y palomitas de maíz quieran entrar o no en el juego del director.

En cuanto a los espacios y al tiempo de la película, vemos que también y en conjunción con la película, no están muy definidos. La mayoría de la película se desarrolla en casa de Georges y apenas sabemos ubicar el resto de los espacios. Y en cuanto al tiempo, no sabemos ni cuanto dura el conflicto, ni cuanto tiempo trascurre en algunos momentos, por ejemplo: cuanto pasa desde que reciben una cinta y otra; o cuando ha sido cuando lo han grabado, o cuando va George a ver a Majid, o cuánto tiempo está con su madre… Solo se hace alusión al tiempo de la duración de las cintas, o al tiempo que desaparece el hijo, o al tiempo que ha pasado desde que sucedió el conflicto de cuando eran niños. Eso también hace reflexionar al espectador pues evita que se centre en conflictos y en tramas menores para centrarse en los temas que busca Haneke sobre los que reflexionemos.

Finalizando ya la crítica: seguramente, Caché sea una película que necesite de una segundo visionado (al menos por mi parte) para poder apreciar los acertijos personales a los que somete el autor al espectador, y que suponga una reflexión profunda mientras se disfruta de la duración de los planos; sin embargo, creo que es necesario reflexionar sobre el cine independiente y la Industria del cine como espectáculo de masas.



Entrevista al director: http://www.golem.es/cache/director.php
--------------------------------------------------------------------------------------------------------1) http://cinerastas.com/2007/07/23/especial-michael-haneke-ix-cache/ (visitado el 25 de mayo de 2009)

miércoles, 20 de mayo de 2009

El Sur. Victor Erice.

TITULO El sur
AÑO 1983
DIRECTOR Víctor Erice
GUIÓN Víctor Erice (Relato: Adelaida García Morales)
REPARTO Omero Antonutti, Sonsoles Aranguren, Icíar Bollaín, Lola Cardona, Rafaela Aparicio, Germaine Montero, Aurora Clement, María Caro, Francisco Merino, José Vivo
PRODUCTORA Coproducción España-Francia; Elías Querejeta P.C. / Chloe Productions

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Dice el mismo Erice que es una película incompleta, que los problemas de la producción, no le dejaron terminar el viaje de ida y vuelta al Sur.

El Sur se plantea como la historia de Estrella que, con sus recuerdos, va relatando la relación que le unía a su padre; una relación de admiración, misterio y distanciamiento. Con identidad propia, Victor Erice logra una película con muy buena recepción de público y crítica. La breve pero intensa trayectoria profesional del cineasta hizo que El Sur se encaminase a la cumbre del Nuevo cine Español y que a él le situara entre los directores de cine reputados y consagrados como Mario Camus, Saura o Trueba. Su generación había irrumpido con fuerza como una generación joven, con estudios universitarios; una generación que no había vivido la guerra ni sus consecuencias pero que buscaba desempolvar viejos recuerdos de vencidos que fueron ocultados y recortados bajo las tijeras de la censura. Jugando con ingenio, y hasta que la censura no dejó de ser vigente, esta generación supo decir, no con palabras, aquellas ideas reivindicativas que querían plasmar. Por citar algunas de las obras que se estrenaron entre los 60 y 80, podemos destacar El espíritu de la Colmena (con la que Erice irrumpió en el cine), la Prima Angelica de Saura y Ana y los lobos, o un poco más explícito, El crimen de Cuenca de Pilar Miró. Aunque El sur no termina de ser representativo de ese cine con connotaciones políticas, Erice sigue posicionándose y hace una pequeña referencia política, entre otras razones, para contextualizar la historia de Estrella y su padre Agustín.

Hablando de política: la situación de cambios, de desestabilidades y de incipiente democracia que se mascaba a principios de los 80, hicieron que se produjera un cambio en el ente televisivo Público y que se nombrase a Jose María Calviño como Director General de RTVE. Las consecuencias más inmediatas de este cambio, fueron la negación de una subvención con la que esperaba Querejeta rodar la película en el Sur. Si el plan de rodaje estaba fijado en 81 días, se paralizó a 33 días de su finalización. Esto hizo que la película quedase inacabada y, aunque se habló de una segunda parte, el director aseguró que nunca se había planteado la película para dos episodios y que el proyecto de finalizar la película quedó cerrado en el momento en que el productor, tras el éxito de taquilla, desistió.

La belleza, el barroquismo visual, el ritmo fílmico generado con el montaje, y la belleza visual de la que hace gala Erice, tiñen a la película de un embrujo y un misterio que la hacen única. La película estaba planteada para seguir una estructura argumental completamente paralela en la que el padre figuraría como el nexo de unión entre el Norte y el Sur; y su muerte sería el punto de inflexión. Es por ello que pueda parecer descompensada la historia filmada al extenderse en la infancia y reducir a pocos minutos la juventud de la muchacha.

La película comienza con una escena en la que priman los tonos oscuros de la noche y un ladrido sórdido de un perro. Aquella joven se despierta y es consciente de que su padre ya no va a volver. Un péndulo que encuentra debajo de su almohada le hace retornar al momento en el que más unida estuvo a su padre.

El padre se presenta como un hombre misterioso, un médico que es capaz de encontrar agua subterránea con el movimiento del péndulo. El primer recuerdo que tiene Estrella de su padre es cuando él adivinó que iba a ser chica; un recuerdo que ella crea en su mente fruto de la admiración profunda que siente hacia su progenitor. Aquel hombre, tras su fachada de hombre bonachón y simpático, introvertido y timido, esconde tras de sí una historia de amor vivido en el Sur con una joven actriz que se hace llamar Irene Ríos.

Los planos perfectamente cuidados, recrean percepciones visuales que recuerdan a técnicas pictóricas del impresionismo. Además, juega mucho con los trazos rectos que se dibujan con los caminos. Otro de los aspectos estéticos a destacar podría ser el juego de luces que se alternan entre un plano y otro utilizando las técnicas del claro-oscuro, no sólo en el interior de los planos, si no también en el propio montaje. Tanto es así que podemos resaltar secuencias representativas como la de la Primera Comunión como uno de los momentos en el que además, se percibe la esencia más profunda de la película por varios motivos:

El primero es que sabemos que el padre no es creyente, y que fruto de su ideología no atiende a cuestiones de fe. En un segundo momento podemos ver el nexo de unión que vincula a padre y a hija, no solo cuando el padre sale de las sombras para abrazar a su hija (de las sombras como misterio), si no también en el pasodoble que bailan en el banquete, (que será referencia en la última comida que mantengan padre e hija). Además de ello, en la primera comunión están presentes su abuela y Milagros, que vienen del Sur y que serán su nexo de referencia y de unión con Andalucía.

-------De esa secuencia, y a modo anecdótico, podemos resaltar como resolvió el plano del banquete Victor Erice con un plano secuencia perfectamente trazado. Al parecer, el banquete estaba planteado en un exterior, pero las condiciones meteorológicas propias de Enero y propias de Logroño, hicieron que la lluvia fuese un problema para la grabación y que se tuviese que rodar en un interior. No obstante, pese a ser improvisado, es uno de los planos secuencia más reseñados por críticos e historiadores de cine.------

La primera Comunión también es un punto de inflexión en la película. Poco a poco se empieza a desvelar el misterio del Padre, ella encuentra pruebas de que su padre esconde un secreto con una mujer llamada Irene Ríos. Estrella descubre que es una actriz no muy conocida y de poca fortuna, pero desconoce el resto. Lo único que se relata en la película es que el padre recuerda a una mujer a la que conoció hace muchos años y que vive en Sevilla, y que tuvo un mal presentimiento sobre su muerte y que por ello, ocho años después de algo que la abandosa, se pone en contacto de nuevo con ella. Ella, por supuesto, no le corresponde por algo que hizo y que parece ser un recuerdo muy doloroso. A partir de ese momento, la relación de Estrella y su padre cambia hacia un profundo distanciamiento. Aquella misma noche, su padre no regresaría a casa; esa sería la primera de muchas veces que no volviese, seña de su profundo desencanto con la vida que ha creado.

Hasta entonces, las únicas referencias que habíamos tenido sobre el pasado del padre eran las citadas por la madre y por Milagros. También ese es el único momento que se menciona la política en la película. La madre era una maestra represaliada por el régimen Franquista y el padre, supuestamente, se fue de motu propio (o no) por las diferencias políticas que existían con su padre. Agustín llegó incluso a estar preso por su condición de republicano, pero no se cita nada más. Siguen siendo aspectos se esbozan en la película y que es a lo que se refiere Erice con que sigue siendo una película incompleta, pero que en ese aura de desconocimiento y de finales abiertos reside la maestría de la película.

Otro de los momentos de la película mejor trazados es cuando se produce el cambio temporal de niña a mujer. Vemos como se aleja en el camino trazado con una bicicleta y regresa en el mismo camino pero años después (aunque sabemos que se trata de una acción cotidiana).

La nueva situación en la que nos encontramos es en la de una niña que se ha hecho mujer, con un cierto carácter introvertido, una madre que se encuentra enferma y un padre que apenas reside en el hogar. La figura de Irene Ríos se ha desvanecido pero ha dejado una profunda huella en Estrella; tanto es así que le preguntará a su padre sobre esa identidad misteriosa mientras comen juntos. Lo que podemos ver reflejado en esa escena es la debilidad y la pleitesía de un padre que parece estar en deuda con su hija. Una comida en la que reside un adiós, pues horas más tarde su padre se quitaría la vida. Ella misma, tras conocer la noticia, siente que tal vez pudo haber hecho algo más aquel día por él, donde le dejó sólo, tomando una copa y escuchando aquel pasodoble que bailaron juntos en el mejor de sus momentos.

Poco después ella emprende un camino hacia el Sur, donde aquellas postales que evocan una Sevilla profunda del siglo XIX dejaran de ser una imagen mental para convertirse en un recuerdo. Erice así cierra una película que queda con un final abierto; y me apresuro al decir que probablemente sea mejor así, pues tal vez el cierre de la película no hubiera sido tan brillante como el filme en sí es.

Lo que se quedó en el tintero


La película, en su totalidad, estaba planteada en una estructura paralela, en un viaje de ida y vuelta al Sur; en dos paralelismos de Norte y Sur. Según declaraciones de Erice: “se quiebra la dimensión moral del Relato. Estrella viajando al Sur, cumplía el viaje que su padre nunca pudo hacer. Cumplía de ese modo el mandato paterno”; y es que el péndulo que ella encuentra debajo de su almohada simbolizaba la unión que existía entre ambos. Con el viaje al Sur ella conocía el pasado de su padre y se reconocía a ella misma.

En el Sur lo que existía era una historia paralela, la de la actriz, Irene Ríos, que había mantenido una relación con su padre y fruto de aquello, había tenido un hijo. Estrella conocería a su hermano, que no la reconocería como tal. Además, en esa segunda parte, también aparecería Fernando Fernán Gómez, que encarnaría a un cobarde de guerra, hermano de Irene y encargado de la educación del niño.

Estrella se reconciliaría con su pasado y su padre al lograr enseñarle a su hermano el péndulo con el que su padre buscaba agua en el campo. Un final, que nunca vió la luz y que siempre quedó en la mente del director.


A continuación, para quien le interese, pueden ver la entrevista que Victor Erice concedió hablando sobre el filme.